miércoles, 27 de julio de 2011

Precio de los juegos.

Me hago eco de las palabras de Andrew Wilson de EA para abrir este, supongo que interesante, post. Este personaje de una de las publicadoras más importante del sector comenta lo siguiente:

Llegará un momento en el que el consumidor simplemente no estará dispuesto a pagar $60 por un juego” y la segunda es la infraestructura que facilite el cambio. Tan pronto como la tecnología ofrezca una alternativa viable al disco, este proceso va a cambiar.
Curiosas palabras, excusando el alto precio de los discos en el formato físico. ¿Excusa o realidad? Lamentablemente desde mi posición no puedo establecer una fiable respuesta a esta pregunta, pero si puedo intentar vislumbrar, comparando con las tendencias actuales. Cierto es que a cualquier producto físico hay que atribuirle un coste de logística: Maquetación, copias, transporte, etc. Muchos intermediarios para un producto final, encareciendo el precio. Eso es cierto, pero eso te hace pensar en porque los juegos en otros sitios son más baratos. Por poner un ejemplo. Un juego, de base, pongamos que vale 60$. Cuando este juego llega a España, nos parece lógico al consumidor pensar que cambiará el valor del juego según la moneda, en nuestro caso, el amado/odiado euro. ¡Pues nones! Vale 60 €. ¿Porque el valor del juego se encarece cuando, en principio, los costes asociados son los mismos? Gastos de localización, dicen. Posiblemente cierto, partiendo de la base que muchas distribuidoras europeas no son las mismas que las que desarrollan el producto... pero si solo se dedican a traducirlo... ¿no es gran parte del beneficio del producto su beneficio?

Aun así, los videojuegos son productos que dan un alto rendimiento, si son buenos, claro. Pongamos el caso de un juego deportivo. Es un juego al cual se le pueden invertir incontables horas y no cansarse nunca, con lo cual su gasto parece, a priori, compensado. ¿Seguro? Vamos a verlo desde otro punto de vista. Cada año, EA saca el mismo producto (FIFA, NBA live, etc.) con alguna mejora gráfica, correcciones menores del motor y alguna mejora en el control o pequeñas pero nuevas funcionalidades. Y para ello... ¡te cobran 60 €! ¿Porque no te cobran menos y te hacen un DLC de actualización de datos (cobrandote la oportuna cantidad para ello, que cierto que mantener unos datos tiene su rato), dedicándo su tiempo a una mejora real del juego y sacarlo cada, por poner una fecha cualquiera, dos años? Noooo... porque entonces no podrían rascarse la barriga y cobrar 60 euros cada año por más de lo mismo. ¿A que, a pesar del tiempo invertido, el juego ya no parece tan barato?

Por otro lado, tenemos los RPGs, esos juegos generadores de forever-alones. Decenas o cientos de horas dedicadas a salvar la ciudad, el mundo o el universo, según el contexto del mismo. Incontables horas farmeando personajes para conseguir hacer misiones extras, estúpidas quests cuya única utilidad es conseguir un objeto que al ya estar para el final del juego, de poco te sirve a parte de decir que la tienes muy gorda (y muy poca vida social). Claro, en este caso, se le supone al RPG muchas horas de entretenimiento, con lo que compensa de sobremanera el dinero invertido en él. Posiblemente esto sea así. Creo que mis 80 horas al Blue Dragon, mis 100 horas al Final Fantasy Tactics Advance o mis las, por ahora 160 horas al Lost Odyssey (me lo he jugado dos veces) compensan con creces los 60 euros en él invertidos. Almenos, más barato que emborracharme me sale.

¿Pero sigue siendo un precio justo? Es decir, cada fin de semana puedo salir un rato, que me de el aire, estar con los amigos y dejarme menos de 60 euros. No tendré el juego pero si tendré otra cosa.

Antes yo pensaba que sí, hasta que descubrí amazon de UK o el Steam en PC. Epocas de rebajones considerables, comprar juegos que son prácticamente nuevos a precios irrisorios: a 15-20 libras en amazon-del-mal y por menos de 10€ en steam (2 o 3 € si hablamos de juegos indie). En el caso de amazon no entiendo como pueden ganar dinero con precios tan bajos. Tendrán alguna ventaja fiscal la cual desconozco, pero no me voy a quejar, pues con un poco de paciencia, puedo tener originales juegos a precios más razonables a mi bolsillo y poder seguir comiendo y teniendo entretenimiento casero. Por otro lado, lo de steam creo que es comprensible. El único coste que tienen es mantener servidores, en consecuencia, comprar un juego a 5 euros no les supone una gran perdida... imaginaros los beneficios de comprarlo de salida o casi de salida, entre 20 y 60 euros, según el juego que sea.

De ahí nacieron los famosos DLCs. Juegos incompletos a precio de juegos completos, para que luego compres pequeños capítulos a precios, teorícamente, irrisorios (5-15€). La gente que piratea los compra (que hay forma de piratearlos, así que esa excusa ya no les vale) y te cobrabos más por el producto completo de forma "disimulada".

Yo, de momento, gracias a Steam y a Amazon, pirateo realmente poco. Por el tiempo invertido, me vale más la pena comprarlos en esas plataformas. Ahora me preocupan las palabras de este personaje de EA (no se su cargo), pues ellos han sacado su propia plataforma de ventas. ¿Esto significa que empezaremos como las plataformas de cable? Cada una ofreciendo productos distintos y necesitas de ambas para disfrutar de las diversas ofertas. Pero si las ofertas de steam son mejores, poniendo un ejemplo, ¿significa que me tendré que fastidiar que los juegos que no esten en esa plataforma no las disfruten? Parece ser que sí. Aunque ya veremos que pasa, pues no todo el mundo es feliz con un sistema no físico de distribución. Hay gente que prefiere tener su CD y ocupar el espacio en sus estanterías.

Cierto es, también aprovechando, que no todo son ventajas en un sistema de descargas digitales. Por ejemplo, ¿y si deja de funcionar? ¿Y si retiran uno de los juegos del sistema, para ganar espacio, como ya hicieron con el sistema de XBOX? ¿Te jodes, como ya me pasó a mí en esta plataforma y ya no puedo descargarme ese juego nunca más, sintiendome estafado? Pues parece que esa será la solución. Por fortuna, en steam nos dan la solución que nadie aplica de hacer copia local de todo, con lo que necesitamos un sistema de copia de seguridad. Bien, dinero ahorrado por un lado, gastado en más discos duros.

En fin, veremos que es lo que nos tienen preparado realmente desde EA, y hacia donde se está moviendo el sector. Lo que está claro, que hay muchos juegos que no valen los 60$ o 60€ que nos pretenden cobrar por ellos ni en broma. Pero que yo hace tiempo que huyo de esos precios, eso está clarísimo. Teniendo paciencia, todo se consigue más barato. O sabiendo donde buscar.

lunes, 25 de julio de 2011

Este instante desaparecerá...

Andaba yo por las inmediaciones de mi ciudad, viendo como los edificios avanzaban lentamente a mi alrededor al ritmo de la musica de mi iPod, acercándose a lenta velocidad pero alejándose en la incertidumbre de mi espalda. De hecho, esta admiración quedó rápidamente eclipsada debido a mi necesidad urgente de llegar rápido a un lugar, lo que provocó que la elección musical no fuera una elección que indujera a la tranquilidad.

Después de utilizar el transporte público, por fin me tocó salir del metro tras un largo viaje. Me encontré algo que hizo reflexionar sobre mi urgencia. Algo sobre lo que muchas veces te das cuenta fugazmente y por miedo a pensar o por esa misma urgencia diaría que nos atosiga no nos paramos a analizar. En las escaleras mécanicas de la salida había escrito el siguiente mensaje, dividido en tres escalones:

"Este instante desaparecerá"

Y ciertamente, tal como apareció, este mensaje se perdió al unirse con el resto de los escalones automatizados por sus entrañas, esperando a otra persona que dentro de otros mismos instantes pisaría los escalones que yo estaba ya dejando de pisar para salir a la calle. Primero, dejé que una sonrisa asomara tímidamente por mis labios ante tan genial y simple ocurrencia. Luego, en el rato que me quedaba por andar, que no fue mucho, empezé a divagar sobre el mensaje.

¿Alguna vez os habéis planteado lo que un instante es? Los más prágmaticos o listillos (no necesariamente tienen porque ser los mismos) diréis que es una médida pequeña de tiempo, injustamente parecida a un segundo. Posiblemente esa sea la definición más objetiva que podáis encontrar. Pero, la literatura, nos aguarda otras interesantes sorpresas. Por poner un pequeño ejemplo:

"En ese preciso instante", "En ese maravilloso instante"

¿Cómo podemos medir precisión en una unidad temporal que no implica nada más que una unidad pequeña aunque no cuantificable? O por otro lado, un instante puede ser maravilloso, pero también puede ser odioso, largo, etc.

Por otro lado, ¿no es esa la gracia de la vida? La vida son un conjunto de instantes, cuyos efectos quedan anclados en nuestra memoría como pequeñas barcas en un bravo río. Seguro que todos recordamos el instante de tu primer beso, a no ser que algun producto estupefaciente nos privara de ello. También esos instantes a los que cada día invertirmos nuestro tiempo pero que no tienen valor para nosotros. Validar un billete de metro, comprar un caramelo, beber un trago de whisky y, porque no, mientras se hace el amor con otra persona o con uno mismo.

Instantes que muchas veces no nos paramos a saborear como se merecen, pues no damos importancia al flujo del tiempo. Nos dejamos enmarañar en la tela de las obligaciones, tanto laborales como personales; en ésta vorágine de locura modernista que precisamente, y con mucha ironía, nos hace valorar tanto los instantes y como se usan que nos estresan. Sí, nos estresamos para disfrutar.

Disfrutemos del instante en el que bebemos una cerveza, compartiendo los acontecimientos del día con familiares, amigos o ambos. Disfrutemos de cada instante, como si fuera el último, porque para ese pobre instante, si es su último suspiro. Y aunque intentemos volver a imitarlo, éste no volverá. Se podrá parecer mucho, ser casi idéntico, pero las sensaciones que despierta no son las mismas. Y aunque pretendan ser las mismas, seguro que la intensidad con las que se han vivido o se están viviendo, no lo son.

Y ahora tenemos otro instante que muere, ahogado en las vivaces aguas de Internet.